Peninna y Anna iban al templo; Anna sufriendo y llorando silenciosamente, la otra gozándose del sufrimiento de su rival. 1Sam.1. ¿A cuál de las dos estuvo atento Jehováh?
Dos hombres subieron al templo a orar. Uno, haciendo resaltar sus buenas obras, censuraba al otro; pero éste, reconociendo su indignidad, clamó a Dios por misericordia. ¿Cuál de los dos fue justificado antes? Lc.18:9-14.
Ir al templo es bueno, pero no sólo por ir se allega uno a Dios, aunque Dios esté allí. Satanás fue entre los hijos de Dios; se presentó ante el mismo Dios cuando procuró la ruina de Job, pero siguió siendo diablo. Job 1.
Entonces, ¿quién puede encontrar a Dios? ¿Dónde hallarle? ¿De qué manera? Todo depende de como se presente uno ante El, porque Dios no está lejos de cada uno de nosotros, porque en El vivimos, y nos movemos, y somos (Hec.17:27 y 28); pero sólo “El limpio de manos y puro de corazón: el que no ha elevado su alma a la vanidad, ni jurado con engaño” subirá al monte de Jehováh y estará en el lugar de su santidad. Sal.24:3.
¿La mejor manera? La que indicó Isaías:

“Lavad, limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de ante mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad juicio, restituid al agraviado, oíd en derecho al huérfano, amparad a la viuda. Venid luego, dirá Jehováh,, y estemos a cuenta.” Isa.1:16-18.

Ob. B. Luis, Agosto de 1982, Bayamón, P. Rico